Comunidad teresiana – Cecina

Somos una de las comunidades más pequeñas de la Provincia, y tal vez también de la Compañía, formada por tres hermanas. Vivimos en Cecina, una ciudad de la Toscana con cerca de 28.000 habitantes. Durante el verano el número de la población casi se duplica debido a la proximidad del mar; la actividad pastoral se desarrolla en la Iglesia de San Andrés en Cecina Mare. 

Nuestra presencia en Cecina se remonta al 1987, cuando fue confiada a la Compañia el Centro “Sacro Cuore”, propiedad de la Parroquia de San José y Leopoldo, y la colaboración con la Parroquia en todas sus actividades. 

La primera comunidad estaba formamda por cuatro hermanas: dos trabajaban en la escuela de párvulos, una de los cuales llevaba la dirección; una impartía clases de religión en una escuela pública; la otra trabajaba en la oficina parroquial. Durante algunos años también hemos coordinado la catequesis de la parroquia. 

En el 2008, en colaboración con Cáritas, se abrió el “Centro di Ascolto”, con voluntarios que intentan escuchar a las personas que viven situaciones particulares, tanto humanas como económicas. La presencia de las Hermanas Teresianas que ha sido de gran ayuda para los voluntarios. Los hemos acompañado espiritualmente desde el principio, animándolos y motivando su actividad con encuentros dedicados a la formación permanente. Por nuestra capacidad de escuchar y nuestra acogida representamos para ellos, incluso hoy en día, una guía. 

También estamos presentes en la “Casa de Accoglienza” colaborando con los voluntarios en el área de distribución de comida y ropa a personas necesitadas. 

Con el paso de los años, la edad, la disminución del número de hermanas y la llegada de otra comunidad religiosa dedicada a la catequesis en la parroquia, ha modificado parte nuestra actividad. Ahora nos ocupamos de la Escuela de párvvulos y de la animación de la Eucaristía. También participamos en la catequesis de los dos grupos de niños y colaboramos con Cáritas. Visitamos en sus casas algunas personas solas, ancianas o enfermas del barrio y les llevamos la comunión. 

Durante el período de después de la Epifanía hasta Pascua colaboramos con los sacerdotes en la visita a las familias; es ésta una ocasión para ir conociendo a las familias, escuchar sus problemas y rezar con ellas. 

Compartimos nuestra vida con otras comunidades religiosas presentes en la parroquia: convivencia y oración actividades, recreación… 

Deseamos ser en nuestra ciudad signo de la presencia de Jesús, colaboradoras en la construcción de su Reino.

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