Fue en el año 1888 cuando las primeras teresianas llegaron a Calahorra. Enrique de Ossó agilizó los trámites para que, respondiendo a la petición del Obispo del lugar, un grupo de hermanas se entregaran a la preciosa misión de educar niñas de esta tierra.
Se instalaron en una sencilla casa, pero al poco tiempo tuvieron que mudarse a otra cerca de la catedral, ya que se les había quedado pequeña. Unos años más tarde, se trasladaron a un edificio cedido por la diócesis, en el que fueron acogiendo y educando a numerosas generaciones. Pasaron los años y con ellos se fueron dando cambios en la vida y misión de las hermanas que vivían en aquel gran edificio situado en la Calle Mediavilla 2. Este edificio centenario, ha contemplado el paso de muchos niños y jóvenes, pero también el de numerosas hermanas teresianas que a lo largo de tantos años han visto como la misión de la comunidad intentaba responder a las necesidades de Calahorra: colegio femenino, internado, magisterio de la iglesia, colegio mixto…
Posteriormente surgió la necesidad de entrar más en contacto con lo que vivía la gente fuera de las paredes del colegio -donde sin duda hay una gran parte de la vida de la ciudad-; necesidad de compartir, como tantas personas, lo cotidiano de la vida, las idas y venidas, además de intentar ser presencia de Jesús como comunidad en medio de esta ciudad . Así las hermanas se fueron abriendo a otras tareas apostólicas diferentes de las realizadas en el colegio.
En agosto del año 2007, surgió la fundación de la comunidad en la Calle Padre Lucas 3, donde fueron enviadas cinco hermanas La vivienda está situada a diez minutos del colegio, en el centro de la ciudad. Edificio de nueva construcción, pero en una zona muy popular de Calahorra, rodeado de tiendas, cafeterías, institutos…