Hace unas semanas, tuvimos el primer encuentro de los alumnos y alumnas del último curso del colegio de Tortosa (4º de ESO) y las hermanas de la Residencia de Jesús.
La iniciativa surgió del deseo de “compartir vida” de unos y otras, la vida que están iniciando los jóvenes, y la de las hermanas, que ya la han transitado muchos años.
Lo primero fueron las presentaciones. Los jóvenes fueron presentándose uno a uno contando algo de su vida, sus intereses, sus deseos… Lo mismo hicieron las hermanas, que hablaron de los lugares en los que han vivido hasta hoy, muchos y muy variados. De las presentaciones surgió el diálogo: “¿Qué es eso de la música máquina?”, “Dice que usted entró al noviciado, ¿y eso qué es?” Y después del diálogo en común, “entrevistas personales”. Los alumnos se distribuyeron para hablar cada uno, o en pequeños grupos, con una hermana, y así conocerse más. Todas las hermanas de la enfermería se animaron a conversar, incluida la hermana Blanca de 98 años. ¡Cuántas historias!
Cada joven había traído “su carnet de identidad”: nombre, edad, aficiones, algo que quería compartir… y lo entregó a una de las hermanas. Ellas se comprometieron a rezar por él, o por ella durante todo el curso, y así lo están haciendo.
En la despedida, los alumnos nos obsequiaron con un pin (insignia) de Sta. Teresa, que algunas hermanas lucieron días y días enganchado a sus chaquetas. Las hermanas les dimos como recuerdo una medalla con las imágenes de Sta. Teresa de Jesús y San Enrique de Ossó y una postal de Sta. Teresa.
Fue una preciosa tarde de convivencia que gozaron alumnos y hermanas. Algunas se quedaron impresionadas al conocer algunas situaciones que les comentaron los jóvenes y desde entonces no les olvidan en sus oraciones.