Un gran día para el que nos habíamos ido preparando durante toda la semana en la oración de la tarde.
El momento culminante fue el de la Eucaristía celebrada en la iglesia de Santa Anna a la que estamos actualmente unidas por el Hospital de Campaña y en la que nos esperaba Mosén Peio Sánchez que tenía ilusión de celebrar con nosotras este gran día. No sólo porque San Enrique es un santo muy querido en Cataluña, sino porque él había estado con el MTA en Salamanca y conoce a nuestra Compañía y al Santo Fundador.
La homilía fue un momento inolvidable por las lecturas tan hermosas de la liturgia de este día. La “Sabiduría”, que curiosamente es el gran don cuya palabra es femenina –nos dijo- nos presenta en la festividad de San Enrique un texto muy apropiado, porque él quiso eso para nosotras: que pudiéramos “saborear” la experiencia de Dios y vivirla en nuestra vida y en nuestras actuaciones. Y, como fundador de una congregación femenina, no pretendió ser él quien llevase las riendas de nuestra Compañía, sino que, desde el comienzo, quiso que fuéramos nosotras las que la dirigiéramos, guiadas por esa Sabiduría, don de Dios, para continuar el carisma teresiano que él nos había regalado.
Por eso –añadió Peio- es muy apropiado que la Iglesia en la liturgia del día escogiera ese texto bellísimo del libro de la Sabiduría que San Enrique deseo siempre para sus hijas de la Compañía de Santa Teresa.
Y una sabiduría centrada en Jesús desde la experiencia mística de esa gran mujer que nos regaló como patrona, Santa Teresa de Jesús.