En el mes de octubre, dos hermanas de la provincia, Resu Baztán y Neus Artacho, participamos en un encuentro de formación en Vic (Barcelona). La petición, nos vino del secretariado interdiocesano de catequesis de Cataluña y Baleares. El tema que se nos proponía compartir era “orar con los adultos”.
Como teresianas, como catequistas, sabemos que tenemos una misión de Iglesia: “Ser mensajeros de Buena Noticia” y con una actitud humilde de maestras y discípulas, al mismo tiempo, desarrollamos el tema propuesto.
Insistimos en que no podemos transmitir aquello que no hemos experimentado. Enrique de Ossó y el Papa Francisco, nos ayudaron con sus testimonios, a través de “la Guía práctica del catequista”, y el libro: “Salgan a buscar corazones”.
Partiendo de la experiencia de cada uno de los catequistas allí presentes, hicimos una rutina de pensamiento donde se les invitaba a preguntarse qué era para cada uno de ellos la oración. De sus respuestas, y con la ayuda de Teresa de Jesús, fuimos descubriendo y desmembrando la definición “oración es tratar de amistad con quien sabemos nos ama”. Además, constatamos las condiciones que teníamos que tener en cuenta para que se hiciese realidad: quitar los ojos de las cosas exteriores, estar a solas con quien sabemos nos ama, pensar con quien vamos a hablar, representar al Señor junto a nosotros, a mirar a Jesús…
Por último, hicimos experiencia de todo lo que habíamos estado hablando en la formación a través del Cuarto de Hora de Oración.
Queremos finalizar este escrito como lo acabamos con los catequistas:
Este encuentro con Dios, con Jesús, nos ha de llevar a ser mensajeros, testigos, como catequistas, de la presencia de Dios en nuestra sociedad, de tal manera que:
-Tenemos la misión de escuchar y comunicar, en nuestro mundo, que Dios, es un Dios de Amor.
-Tenemos la misión de escuchar y comunicar, en nuestro mundo, que Dios, es un Dios liberador.
Resu Baztan y Neus Artacho