En Bonavista no llueve casi nunca, pero ese día ¡llovió! Lo que ocurre, es que cuando se trata de gente animada y bien dispuesta, ¡ni la lluvia es capaz de deslucir el día!
Habíamos programado la salida hacía meses –los jubilados son personas atareadas- y las expectativas iban creciendo: iríamos a Tortosa.
El grupo era el de mujeres del barrio con el que nos reunimos mensualmente, las “Teresas sencillas” (su nombre es una larga historia). Podían venir los maridos, y además se fueron añadiendo las amigas de las amigas. Al final, un grupo numeroso y entusiasta.
Como hemos trabajado el curso el tema de los encuentros de Jesús con distintas mujeres, pensamos en una dinámica para este día en la que se encontraran con cuatro mujeres: Teresa de Jesús, Teresa de Calcuta, santa Tecla y la reina Isabel la Católica, conocida por la serie de TV y con un lema de gobierno muy adecuado al momento social. Cada uno recibió una huella de un color, y así se formaron cuatro grupos para encontrarse con un personaje. Después, fueron contando con quién se habían encontrado y qué mensaje les había dejado.
Además de la Letrilla de Santa Teresa que no podía faltar, estos fueron algunos:
- No siempre podemos hacer grandes cosas, pero sí podemos hacer cosas pequeñas con gran amor.
- Soy dueño de mi destino. Soy el capitán de mi alma.
- Tanto monta, monta tanto, Isabel como Fernando.
Todas las personas quedaron encantadas con la casa: ¡qué orden y limpieza! ¡cuántos detalles por todas partes! ¡qué amplio todo y qué buen gusto! ¡qué buena la comida! ¡qué buen servicio! Y así todo el tiempo. Después de comer y con la lluvia respetándonos un poco, salimos a disfrutar de la finca, y luego, comenzó el espectáculo. Queríamos alegrar un poco a las hermanas mayores, así que el grupo de baile se transformó, y cuando ya estuvieron las hermanas con sus sillas, sus taca-tacas y sus ojillos brillantes como niñas ilusionadas, comenzaron a bailar y a cantar para ellas. ¡Cómo disfrutamos! Muchas conocían a la Hna. Juana, por haber sido fundadora en el barrio, y el encuentro con ella fue emocionante.
Y como todo llega a su fin, tuvimos que regresar. Ellos felices, y nosotras –que habíamos lo preparado con mimo en sus más pequeños detalles- también felices de ver lo contentos y con ganas de repetir que quedaron.
Queremos aprovechar encompañía, para dar GRACIAS a las hermanas y personal de la casa, ya que las enredamos para colaborar y lo hicieron con gran disponibilidad. Ellas encarnaron a Teresa de Jesús e Isabel la Católica (que se vistió de reina); prepararon las mermeladas de mandarina casera que regalamos al grupo, acomodaron el horario para que vieran los bailes, nos procuraron los pastissets ya que teníamos poco tiempo para ir de compras, estuvieron atentas a todo lo que necesitamos: luces, guitarra, micrófonos, canto… En resumen: una comunidad y un personal de 10. Para todas, GRACIAS de corazón.