Desde hace años la comunidad de Madrid-Aligustre se siente parte de la comunidad parroquial P. Rubio, animada por jesuitas. Una comunidad viva, en la que participan muchos colectivos e implicada en el barrio de la Ventilla, donde se ubica. Nuestra implicación y participación ha ido creciendo, y ahora nos sentimos parte de ella, y en ella estamos viviendo con gratitud la acogida del camino sinodal que se nos propone y la búsqueda compartida de cómo hacerlo realidad. Una búsqueda de la que aprendemos a escuchar, a integrar la diversidad y a salir al encuentro de los otros.
Después de todo el curso, el domingo 18 de junio celebramos la asamblea con la que juntos agradecimos y volvimos a profundizar en los deseos de vivir nuestra fe como una comunidad abierta, comprometida con la situación de los más vulnerables y que sigue creciendo en participación y sinodalidad. El manifiesto que elaboramos el curso pasado y que expresa el sueño y propósito desde el que nos vivimos como comunidad, orientó los cuatro rincones en los que, otras instituciones y comunidades, nos compartían su experiencia y buenas prácticas. Las comunidades parroquiales de Las Rosas o Guadalupe, la comunidad cristiana LGTBI Crismhom , miembros de la HOAC, de Hakuna, etc., pudieron interpelarnos sobre cómo seguir buscando, juntos, al Señor que nos llama a la comunión y a la justicia, y que quiere hacer de nosotros presencia del Dios vivo en el barrio de Tetuán, Madrid.
Nosotras agradecemos mucho vivir nuestra fe junto con los que ya consideramos amigos y hermanos, y que nos están ayudando a vivirnos y sabernos CON OTROS, abriendo nuestra casa y nuestro corazón.
