Visita del Equipo de Animación Apostólica a Lisboa, Coimbra y Torres Vedras

1-3 de febrero eran unas fechas que esperábamos con impaciencia por la ilusión grande de acercarnos a la realidad y conocer a hermanas y laic@s  más desconocidos para nosotras, que somos un equipo nuevo. Fue una visita intensa donde pudimos sentir desde el primer minuto el alma acogedora, hospitalaria y detallista de Portugal y la fraternidad y el cariño de la Compañía y de la familia teresiana de Lisboa -Telherias, Coimbra y Torres Vedras.

Además de la acogida y del cariño que nos llevamos prendidos en el corazón, también recogemos muchos aprendizajes de una entrega honda y de un trabajo muy bien hecho. A todas las del equipo nos impresionó conocer el sábado por la mañana el trabajo en Quinta do Lavrado, un barrio con tantísimas carencias y tantos muros que lo excluyen de la capital. El trabajo paciente y educativo de las Hermanas con los vecinos y la implicación de todos para conseguir que el Ayuntamiento haya respondido a sus demandas de puertas, ascensor, luces, etc, un camino de desarrollo comunitario y transformación ciudadana lento pero muy poderoso. Además, nos encantó ver dónde trabajan estas mismas Hermanas con las mujeres y los niños del barrio de Telherias, y siguen construyendo  futuro en la oficina de costura, de bolachas y con los niños de la Associação Santa Teresa de Jesus, dignidade e desenvolvimento.

La residencia universitaria de Coimbra, Lar Tersiano, realiza un trabajo precioso y muy consciente de acompañamiento a las jóvenes, que se refleja en el buen ambiente y en las demandas, que han llenado prácticamente la casa en este curso. El sábado por la tarde pudimos charlar un rato con las Hermanas e intercambiar saludos con algunas jóvenes estudiantes de Medicina, Derecho etc, agradecidas y disponibles para participar en las actividades pastorales que se les van proponiendo. La centralidad de la persona, la cercanía y el cuidado se respiraba en muchos detalles y en las relaciones con las estudiantes.

La comunidad de Torres Vedras, implicada en varias parroquias con grupos de MTA, catequistas y asociados, nos acogió con mucho cariño el domingo 2 por la mañana. Además de una pequeña visita por la ciudad, pudimos conocer a muchas personas del MTA, catequistas, etc. De grupos diversos, de jóvenes, adultos y personas mayores. Una enorme familia teresiana que nos acogió con mucho cariño y nos hizo rápidamente sentir parte de la misma familia. Pudimos saludar también a la mamá y una hermana de Irmâ Marta Ferreira, haciéndonos sentir, si cabe, doblemente familia.

Por último, la comunidad de la casa de Lisboa han sido unas buenísimas anfitrionas atentas en todo momento a todo lo que necesitásemos y su misión de cuidar la acogida ha sido más que patente, porque nos han hecho sentir de verdad en casa.

Una palabra final de parte de todo el equipo ¡Gracias por ese conocimiento desde el corazón que nos une y fortalece los vínculos y esta nueva identidad de ser con otr@s! (Fátima Gil stj EAA)

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