El día 24 de noviembre, fiesta de Cristo Rey, fallecía en Ávila a las 10 de la mañana nuestra hermana Carmen Pérez Hidalgo. Llevaba poco más de mes y medio en la comunidad de la Residencia porque su salud se había debilitado notablemente y necesitaba los cuidados que se le podían ofrecer en la enfermería. En el corto tiempo que vivió entre nosotras nos llamó la atención su mirada, y su silencio. Aunque apenas podía hablar, notábamos que acogía con agradecimiento el cuidado necesario, los traslados en la silla de ruedas para ir a la capilla, o a la salita de estar, la ayuda para comer, la presencia de las hermanas y del personal sanitario. Y lo mismo percibimos en el hospital los 9 días que estuvo ingresada en la unidad de paliativos.
Carmen tenía 86 años, había nacido en Mora (Toledo) y era la menor de tres hermanas, con las que mantuvo siempre una bonita relación.
Entró en la Compañía en Tortosa el 14 de julio de 1957. Hizo su primera profesión el 21 de enero de 1960 y fue destinada a Barcelona Ganduxer, pero todavía juniora voló hasta Managua y enseguida a Bogotá, donde hizo la profesión perpetua en enero de 1965.
Durante 37 años recorrió Managua, Bogotá, Caracas, Medellín y Envigado, donde vivió su misión y su vocación de educadora como maestra, delegada de educación, coordinadora local y consejera provincial. Conservó, desde su estancia en Colombia, buenas amista entrañables de antiguas alumnas que no dejaban de agradecer y recordar el paso de Carmen por sus vidas, lo bueno que habían recibido de ella, la influencia positiva en su formación teresiana. El contacto con estas personas era frecuente y en sus viajes a España no dejaban de visitarla. Cuando ya no podían comunicarse con ella directamente, seguían interesándose por la evolución de su salud por medio de alguna hermana de la comunidad y en los últimos días se multiplicaban las expresiones de cariño hacia ella.
En 1999 regresó a España y estuvo unos años destinada en Mora para atender a su madre enferma junto con sus otras dos hermanas. Estuvo después en Toledo, Madrid, Telde, y siguió sirviendo como coordinadora local y consejera provincial en diversos momentos. La rectitud, austeridad y fortaleza fueron señas de identidad que la caracterizaron. También la solicitud y la preocupación por el bien-estar de las hermanas. Así la recuerdan quienes convivieron con ella.